No es algo nuevo que el hombre moderno tiene una postura pobre. Nuestro estilo de vida es cada vez más sedentario y acabamos pasando todo el día sentados, muchas veces mirando pantallas o leyendo. No necesitamos utilizar los músculos en toda su potencialidad y eso hace que estén débiles, tensos e incluso doloridos. Y cuando nos duele el cuerpo, es díficil sentirse a gusto y relajado. La relajación, aunque no lo parezca, tiene un alto componente físico. Por eso, mantener una buena postura nos puede ayudar a relajarnos e incluso a fortalecer suavemente músculos debilitados. Sí, esa postura perfecta para relajarse existe y es muy fácil.
Hasta hace poco, relajarme era muy difícil para mí. Me pasaba 12 horas al día sentada en una oficina delante del ordenador. Me dolía la cabeza casi todas las semanas, acumulaba toda la presión en mis hombros, que estaban tensos y levantados. Me daban pinchazos en los codos y las curvaturas de mi columna estaban exageradas. Cuando intentaba meditar para relajarme y calmar la mente, era casi imposible mantener la concentración más de 3 o 4 minutos. ¿Por qué? Mi alineación, y por lo tanto mi postura, eran una pena.
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Como comentaba antes, la relajación no es solo algo mental, también requiere una preparación física. Debemos encontrar una postura que no requiera esfuerzo mantener para dejar libre la mente y poder dedicarla a otras cosas. Según los escritos yóguicos, sentarse en el suelo con las piernas cruzadas es la forma más natural de sentarse y la que nos permitirá permanecer concentrados durante más tiempo. Esta es, por lo tanto, la postura perfecta para relajarse. Pero sentarse en el suelo puede parecer incómodo al principio para el hombre moderno. ¿Por qué?
Al sentarse en el suelo, se hace más evidente la debilidad de los músculos laterales de la espalda, pues hay que hacer un mayor esfuerzo por activarlos. Estar sentados tantas horas, normalmente en sillas con respaldo, hace que los músculos de la espalda estén tensos y débiles. De ahí que tengamos la falsa sensación de que estamos más cómodos encorvados. Sin embargo, esta comodidad es falsa ya que veremos cómo al poco rato tenemos que movernos para seguir estando cómodos.
La alineación nos permitirá conseguir una postura correcta anatómicamente que se podrá mantener durante un largo rato sin que la mente se desconcentre por el estado del cuerpo. Veamos cómo conseguirla.
En la primera foto, vemos la postura «natural» que adopa mi cuerpo al sentarse en el suelo. Los músculos de la espalda no están activados, lo que lleva a una postura encorvada. El pecho está comprimido por la postura de los hombros y la columna no está recta. Esto provoca que:
En la segunda foto, vemos la postura manteniendo una alineación correcta. ¿Es diferente, eh? Fijaos en cómo la línea morada está recta. Veamos cómo ajustar nuestra postura para estar alineados:
Importante: Las rodillas deben estar siempre por debajo de la cadera. Si están por encima, habrá que añadir tanta altura debajo de la cadera como sea necesaria para bajar el nivel de las rodillas. De lo contrario, sentiremos esa molesta sensación de piernas dormidas.
La postura sentada por excelencia. Se trata de cruzar las piernas colocando pies debajo de rodillas. Este punto es muy importante para que éstas descansen y no estén colgando.
Las manos pueden colocarse como en la foto de la izquierda, en las rodillas, en posición de plegaria, como más cómodo resulte.
Esta postura es más avanzada y se puede adoptar cuando los músculos adductores están suficientemente abiertos. No debe requerir ninguna incomodidad mantenerla. En caso contrario, seguir con Sukhasana.
Para llegar a ella, colocar un talón a la altura del pubis o el perineo (dependiendo de la altura de la cadera). Colocar el otro talón a la misma altura por delante del primero. Como veréis, esta postura es muchísimo más abierta y requiere más elasticidad muscular. Es preparatoria para la Postura del loto o Padamasana.
Y si ninguna de estas posturas te convence, puedes probar:
Manteniendo la alineación (ver imagen superior). Rodillas en línea con tobillos y caderas (o ligeramente por debajo). Manos en los lados para ayudar a la espalda, o en los muslos.
Tumbado boca arriba. Brazos a lo largo del cuerpo. Pies relajados cayendo hacia fuera. La curva lumbar no debe ser excesiva, si esto sucede, colocar un cojín o manta debajo de los muslos.
Cuéntame. ¿Tiene alguna duda sobre alineación, realización de posturas u otra cosa relacionada con tu práctica que quieres ver en un próximo post? Déjamela en un comentario. ¡Me encantará saber qué os interesa!
2 Comments
Hola, se puede hacer la mditacion en la postura del cadaver. savasana.’
Hola Ana, sí que se puede 🙂 Yo, he hecho, he meditado mucho en la postura del cadáver, solo que a veces me resulta complicado no dormirme o relajarme en exceso, por eso prefiero hacerlo sentada en el suelo. Pero para empezar a meditar, cuando las posturas sentadas resultan muy incómodas, creo que puede ser una excelente postura.