El buceo es una actividad bastante exigente físicamente. Por eso, estar en forma nos ayudará a disfrutar al máximo de la experiencia del buceo. Prepararse físicamente antes de nuestras inmersiones nos permitirá reducir el riesgo de lesiones y el agotamiento excesivo. Con esta secuencia de yoga para buceo, conseguiremos preparar las partes del cuerpo más involucradas en el ejercicio físico, y prepararnos también mentalmente.
Como ya dije, yoga y buceo pueden complementarse, sí, pero si sabemos cómo. Así que con la ayuda de esta secuencia que os propongo conseguiremos:
Además, si complementamos esta secuencia de yoga para buceo con un ejercicio de respiración Pranayama, conseguiremos relajar la mente y prepararnos para controlar la respiración de forma más consciente. ¡Vamos allá!
Índice de contenidos
Esta postura nos ayudará a estirar y calentar espalda, corvas y parte posterior del cuerpo en general. El objetivo de esta postura es mantener la espalda recta hasta donde podamos, no bajar hasta abajo. Evitar en caso de problemas de espalda, ciática, hernias, etc.
Mantener unos 30 segundos.
A través de esta postura, trabajaremos muslos y abdomen principalmente, puesto que son los encargados de mantener la pose. Aunque también nos ayudará a abrir suavamente el pecho y las articulaciones de hombros, cuello y caderas, y a trabajar los músculos de la espalda.
Mantener de 20 a 30 segundos según capacidad.
Desde la anterior postura, colocamos las manos en oración y giramos el torso. Esta variación supone un estiramiento bastante más intenso, dotando de más flexibilidad a los músculos de las corvas y la espalda, así como a la columna vertebral gracias al twist. Su mayor esfuerzo contribuye a tonificar piernas y gluteos.
Mantener de 10 a 20 segundos, según capacidad.
Nuevamente, partiendo desde la anterior postura, deshacemos el twist para volver el torso hacia delante. Apoyamos la rodilla trasera en el suelo y llevamos pecho hacia el cielo mientras levantamos brazos y flexionamos ligeramente la espalda hacia atrás.
Con esta postura, intensificamos todavía más el estiramiento en muslos e ingles, sin dejar de trabajar espalda y hombros. Además, con la flexión trasera de columna, contribuimos a abrir el pecho, lo que mejorará nuestra capacidad respiratoria.
Mantener de 10 a 20 segundos, según capacidad.
Repetimos las posturas 2, 3 y 4 con la otra pierna.
No he encontrado el nombre en sánscrito de esta postura, y tras una búsqueda en internet, empiezo a dudar que esto sea una postura clásica de Hatha Yoga. Aún así, yo la hacía casi a diario durante mi formación como profesora, y reconozco que es muy útil para estirar y fortalecer la espina dorsal y los muslos. Por eso no quería dejar de incluirla.
Es muy sencilla: Nos tumbamos boca abajo y levantamos brazos y piernas con la fuerza de la espalda. Movemos brazos y piernas arriba y abajo como si estuvieramos nadando en una piscina.
Realizar de 20 a 30 segundos, según capacidad.
Una postura ideal para trabajar la fuerza y flexibilidad de la espalda, ya que concentra todo el torrente sanguíneo en esa zona, otorgándole vitalidad y manteniéndola joven. También es genial para trabajar la apertura de pecho. Evitar en caso de problemas de corazón, úlceras de estómago, hernias o hipertiroidismo.
Mantener entre 10 y 20 segundos, según capacidad.
Un clásico entre los clásicos. Con esta postura seguiremos trabajando la fuerza y flexibilidad de la espalda, así como el estiramiento y la apertura del pecho. Evitar en caso de úlceras de estómago, hernias o hipertiroidismo.
Mantener entre 10 y 20 segundos, según capacidad.
Con esta postura continuamos trabajando espalda, muslos, pecho y hombros, siendo un ejercicio ideal para reducir la tendencia a los hombros encorvados. Evitar en caso de úlceras de estómago o hernia estomacal.
Mantener entre 20 a 30 segundos, según capacidad.
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