Cuando empecé a leer sobre las propiedades de algunos aceites esenciales era un poco escéptica al respecto. Aunque tengo la piel mixta, tengo tendencia a tener granitos y espinillas, y desde que era adolescente las texturas aceitosas eran Satanás. El caso es que un día hice la prueba y me puse aceite esencial de árbol de té en la cara y ¿hola? No sé cómo he podido vivir sin él. Esto fue hace poco más de un año, y desde entonces he ido introduciendo más aromaterapia en mi rutina hasta que a día de hoy prácticamente no utilizo cremas comerciales.